25 de Mayo de 1810.
Ante la ocupación Francesa en España y la consecuente incertidumbre en estas tierras, un grupo de hombres, en su mayoría criollos, decide hacerse cargo del gobierno invocando los derechos insoslayables de todos los ciudadanos de elegir sus propios gobernantes, ante la evidente incapacidad de la corona española.
Conmemorar: hacer memoria o recordar un hecho, acontecimiento.
¿Porque recordamos ciertos hechos?
Probablemente porque significan un cambio rotundo, un punto de partida en la vida de un grupo humano.
A 200 años de ese 25 de Mayo nos preguntamos: ¿que recordamos? ¿El Cabildo Abierto? ¿Las cintas celestes y blancas? ¿Nuestro paso por la escuela primaria? O, mas bien deberíamos recordar los ideales que aglutinaron a un grupo de personas totalmente disímiles en una gesta común: “obtener la Independencia”
Educación, justicia, seguridad, igualdad, libertad de expresión y de hecho, eran los pilares de esa independencia vislumbrada por esos años y en cuya consecución dejaron sus vidas los hombres de mayo.
Transcurridos 2 siglos de esa epopeya ¿que obtuvimos? : ¿Independencia? ¿Libertad? ¿Educación? ¿Justicia?
Recordemos la gesta de Mayo, celebremos que una vez un grupo de hombres imaginó una Nación fraterna, instruida y poderosa. Y sabiendo que ese era el rumbo fue tras el, sin importar intereses personales en aras de bien común.
Pero también, acaso hoy, ¿no ha llegado el momento de redescubrir ese rumbo y perseguir esos valores que de una vez por todas nos constituyan en una Nación habitada por verdaderos ciudadanos?
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